Tula es uno de los asentamientos prehispánicos más interesantes en el centro del país. Ubicada en el estado de Hidalgo, en esta zona arqueológica podrás conocer la cuna de una de las culturas más enigmáticas e interesantes del mundo posclásico de Mesoamérica.
Tula es la forma en español de referirnos a Tollan, que significa en náhuatl “gran ciudad”. Se cree que en el pasado ésta era la forma de referirse a las grandes ciudades, como Cholula, Teotihuacan o la propia Tula.
El asentamiento se fundó primeramente hacia el año 800, mientras que su apogeo y colapso se cree que sucedió cerca del año 1200 de nuestra Era. Las evidencias históricas nos hablan de su presencia y alcances en una amplia zona del centro de México y varios corredores hacia el occidente y el sureste de nuestro país.
La historia de la fundación de Tula es, como la de otros pueblos, mítica. Se habla de la presencia de un gran guerrero mítico llamado Mixcóatl, quien lideraba a un grupo de chichimecas que emigraron hacia el sur, fundando Tula e instaurando una dinastía gobernante.
Sobre el colapso poco se sabe. El hijo de Mixcoatl, Ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl fue gobernante de la ciudad, pero cayó en desgracia ante los sacerdotes de la deidad Tezcatlipoca. Apenado, el príncipe avanzó hacia el este, embarcándose en el mar. Este evento mítico coincide, de acuerdo con los arqueólogos, con la aparición con gran fuerza del dios Kukulcán (serpiente emplumada en maya) en la península de Yucatán y, en especial, en Chichén Itzá, un sitio que tiene asombrosas coincidencias con Tula.