La Ciudadela es un gran edificio de casi 400 metros en cada lado que se ubica prácticamente en el centro de la ciudad de Teotihuacan. Construido hacia el año 200 de nuestra Era, este edificio debe haber sido ocupado para realizar numerosas tareas administrativas y religiosas.
En su interior, hay una gran plaza y un altar central, donde se pudieron congregar decenas de miles de asistentes al mismo tiempo.
Al este de la plaza, se encuentra el Templo de la Serpiente Emplumada, el edificio más rico en decoración e iconografía de toda la ciudad. En la fachada podemos observar a la Serpiente Emplumada representada en un ambiente marino, acompañada de una bestia llamada cipactli.
*Recientemente se encontró un edificio similar a este en Tikal, pica aquí para saber más.
*Hace cuatro años se detectó un increíble túnel debajo de La Ciudadela de Teotihuacan. Da click aquí para leer más.
La construcción de la Pirámide del Sol debe haber dado inicio cuando ya existía la Pirámide de la Luna, al extremo norte de la Calzada de los Muertos.
Alrededor del año 250 de nuestra Era se inició la construcción de este gran edificio, de 64 metros de altura y más de un millón de metros cúbicos de tierra y piedras para su edificación.
Si bien este edificio se ha estudiado por los arqueólogos durante más de 100 años, aún desconocemos buena parte de su uso e historia. Se han detectado varios entierros infantiles en platos, por lo que se ha considerado que pudiera haber estado dedicada al Dios de las tormentas.
Las personas que visitamos actualmente la ciudad de Teotihuacan observamos la séptima fase constructiva de la Pirámide de la Luna. Esto quiere decir que en su interior se preservan restos de las seis etapas anteriores. La última etapa constructiva de la pirámide sucedió alrededor del año 400 de nuestra Era.
Su construcción dio inicio cerca del año 0, en el extremo norte de la Calzada de los Muertos. Durante cada una de las etapas constructivas se dejaban llamativas ofrendas, como animales vivos, joyas de piedra verde y concha, figuras de mosaicos de piedra verde e, incluso, se ofrendaban seres humanos.
En Teotihuacan se han detectado más de mil complejos departamentales, todos muy similares en cuanto a su tamaño y distribución espacial. Sin embargo, cada uno muestra señales de acciones independientes que, para los arqueólogos, son indicativas de las actividades que realizaban sus ocupantes.
En Atetelco y Tetitla se encuentran dos de los ejemplos más llamativos de la forma en la que vivían los pobladores de Teotihuacan. Alrededor de patios se construían los cuartos y espacios de circulación entre las unidades familiares que habitaban en los conjuntos.
Sin lugar a duda, en ambos complejos se destaca la presencia de numerosas muestras de pintura mural que nos dan cuenta de la iconografía y las creencias con las que la población de Teotihuacan decoraba sus viviendas.
Este conjunto departamental fue de gran interés para los arqueólogos de mitad del siglo XX. Se encuentra ubicado en la esquina suroeste de la Plaza de la Luna, un lugar de gran importancia ya que era un espacio de reunión al pie de la gran pirámide y al final de la gran Calzada de los Muertos.
Durante su exploración se recuperaron numerosos tesoros arqueológicos, y durante algún tiempo se pensó que era una sede de gobierno o el asiento de algún gobernante. Si bien aún no sabemos eso con claridad, las exploraciones del edificio revelaron una subestructura ricamente decorada con estucos en donde se distinguen aves de color verde.
Durante los últimos veinte años se ha considerado que este lugar pudiera ser la sede del gobierno de la ciudad de Teotihuacan. La presencia de algunas anomalías en el patrón de los edificios hace pensar a los especialistas que este conjunto es especial dentro de los más de mil detectados en la ciudad.
Se ubica estratégicamente entre las pirámides del Sol y de la Luna, en el lado oriente de la Calzada de los Muertos. Su distribución es peculiar ya que cuenta con una plaza central rodeada de cuatro edificios, mientras que la norma general en el resto de la ciudad es la presencia de una plaza con tres edificios a sus lados.
Si bien no se puede visitar este complejo ya que sigue bajo proceso de investigación, si puedes caminar a su lado y observar algunas de sus estructuras a lo lejos.
Una de las actividades artísticas que más han llamado la atención de la antigua ciudad de Teotihuacan son sus numerosas pinturas murales. Prácticamente toda la ciudad se encontraba recubierta de estucos pintados de rojo y blanco en los exteriores, y con delicadas y poderosas imágenes en el interior de los templos y pórticos de los conjuntos domésticos.
Hace algunos años, el INAH construyó un museo destinado exclusivamente a la exhibición de la pintura mural que ha sido descubierta en el sitio y que, lamentablemente, no ha podido ser conservada en su lugar original.
Se ubica al noroeste de la ciudad, cerca de la puerta 3 podrás encontrar el acceso al museo.